Así llegó KFC a Colombia


A principios de los 90 la receta secreta de las 11 hierbas y especias que producen el irresistible sabor de Kentucky Fried Chicken llegó al país gracias al empuje de empresarios colombianos.
En 1991 probar en Colombia el delicioso sabor de Kentucky Fried Chicken, KFC, era un lujo. El pollo de la receta secreta de las 11 hierbas y especias que había ideado el Coronel Sanders,  en 1939, en North Corbin (Kentucky), ya estaba en  8.200 restaurantes en más de 60 países y contaba, en ésa época, con 150.000 empleados. Pero la historia en Colombia apenas comenzaba. http://kfc.es/empresa/historia/
Ese año, en la carrera 9a. con calle 16, en un local en el centro de Bogotá, se vio por primera vez el letrero emblemático de KFC, con la silueta del coronel Sanders, de barba y pelo blanco, sobre el fondo rojo que identifica la marca estadounidense. Como toda novedad, las filas eran más largas que las que hay al medio día en Crepes and Waffles y Wok juntos, porque, todo los bogotanos, querían probar el pollo de KFC. Sin duda, el negocio fue un éxito.
Hoy, 26 años después, la franquicia tiene 47 restaurantes en Colombia, 26 de ellos solo en Bogotá. Pero, cómo llega a aterrizar en Colombia el pollo frito de KFC, marca de propiedad de PepsiCo Inc. en el mundo desde 1986?  ¿Quiénes le apostaron a traer la franquicia al país?
KFC, con pollo de Aretama
La historia de la respuesta a estas preguntas comenzó en la zona industrial de Bogotá, muy cerca de Fontibón, en la sede de Industrias Alimenticias Aretama, una compañía dedicada a la avicultura y a la venta de carne de pollo crudo y a la producción y procesamiento de todos sus derivados con valores agregados. (Ver, historia del emprendedor que hizo grande… 
Los dueños de Industrias Alimenticias Aretama, en cabeza de su líder,  Carlos Eduardo López Díaz, pensaron que sería buena idea traer al país la marca KFC, teniendo en cuenta que ya tenían el insumo más importante para su funcionamiento, el pollo.
La idea era ir hasta los Estados Unidos para contactar a los máximos ejecutivos de la corporación internacional, con el fin de proponerles el negocio de  permitir el uso de la marca en el país.
El contacto con PepsiCo Inc
Carlos Ernesto López Piñeros, hijo de  Carlos Eduardo, y actual presidente de Industrias Aretama, fue el encargado de hacer el contacto. (Ver: www.carlosernestolopezpineros.com Él y su esposa hicieron un extenso documento intentando convencer a los ejecutivos de que era un buen negocio llegar a Colombia. Y en un contacto directo con la marca en Miami, Florida, lograron cerrar el negocio. En resumen, debían darle a la marca 25.000 dólares por cada local que abrieran en Colombia, más un 5% de las ventas a la central de KFC. Además debían invertir otro 5% en publicidad. Ese fue el pacto y así se hizo. En 1992 abrió el primer KFC en Bogotá y pronto el público pidió más y más pollo KFC. http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-772027
Un segundo local ubicado en Usaquén, donde los bogotanos también aplaudieron su delicioso sabor. Fue así como Aretama decidió abrir poco a poco nuevos puntos en la capital hasta llegar a 21 locales en tan sólo seis años.
Hoy existen 26 en Bogotá, 5 en Medellín, 5 en el Valle del Cauca, y los demás están repartidos en Villavicencio, Armenia, Ibagué, Barranquilla, Cartagena, Santa Marta y Valledupar.
El pujante negocio estuvo en manos de los López de Aretama hasta el año 2011, cuando la franquicia fue comprada por la firma Inversiones INT, de empresarios e inversionistas ecuatorianos, que se quedaron con la franquicia en todo el país, con la excepción de la costa atlántica.
La venta la explican por la crisis del 2009, que golpeó fuertemente la economía del país. Tras esa crisis, Aretama se asesoró y pidió ayuda a la firma Colbank, para lograr capotear la situación económica. Con el apoyo de Colbank KFC Colombia se salvó de la quiebra, pagó sus deudas, se fortaleció, abrió nuevos locales y en su nuevo mejor momento, vendió a INT. http://www.portafolio.co/negocios/empresas/kfc-sale-compras-colombia-115180
Hoy el delicioso sabor del pollo de KFC se sigue consumiendo y se sigue vendiendo en diez ciudades del país gracias, en buena parte, por la iniciativa de empresarios colombianos que hace casi dos décadas apostaron su patrimonio por traer el sabor de la receta secreta del coronel Sanders al país. 

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